La importancia de la certificación IFS

Si trabaja en una industria alimentaria o es dueño de una de ellas, probablemente haya escuchado hablar de la norma IFS. Pero, ¿sabe realmente en qué consiste? ¿y por qué es importante tener la certificación IFS en su industria alimentaria? ¿Cuánta complejidad tiene su puesta en marcha? ¿Qué ventaja aporta esta certificación frente a la competencia?

Desde RUIZ GALLEGO CONSULTORES les ayudamos a contestar a estas preguntas y más sobre la certificación IFS.

La IFS es una certificación reconocida a nivel internacional, creada por distribuidores alemanes, italianos y franceses para que cualquier empresa del sector de la alimentación pudiera comercializar productos de su marca seguros en todo el mercado europeo.

Concretamente la IFS Food es la norma aplicable a empresas que procesan alimentos y/o empaquetan productos alimentarios a granel.

IFS no determina cómo deben realizarse los procesos, sino que proporciona una herramienta para la evaluación de sus riesgos.

Contar con una certificación IFS le permite comercializar los productos en todo el mercado europeo. Es una norma apoyada por el GFSI (Global Food Safety Initiative) y por la norma británica BRC. Todos los grandes distribuidores europeos reconocen esta norma.

Debido a la globalización de la gran distribución en Europa y la externalización de los procesos productivos de la industria alimentaria, la implantación de esta norma se está extendiendo en todo el mundo y en poco tiempo será indispensable para poder comercializar productos nacionales en el mercado europeo.

Si tiene como objetivo vender sus productos a los principales países europeos y necesita abrirte hueco en ese mercado, la certificación IFS Food le permitirá diferenciarte de la competencia y ser más competitivo ofreciendo mayores garantías de calidad y seguridad alimentaria.

¿Qué beneficios obtengo de un certificado IFS?

  • Asegurar la transparencia y alimentos seguros en los procesos y en toda la cadena de suministro.
  • Garantizar la legalidad, seguridad y calidad de los productos.
  • Garantiza el cumplimiento de la legislación en materia de calidad y seguridad alimentaria vigente.
  • Reducción de costes y tiempo a fabricantes y distribuidores.
  • Se consigue una comunicación protocolizada, estandarizada y organizada con todas las partes interesadas.
  • Proporciona confianza a los consumidores.
  • Garantiza la evidencia escrita de todos los procedimientos e instrucciones técnicas que se realizan en la empresa.
  • Gestión rápida de los riesgos para la seguridad alimentaria.
  • Revisión del sistema APPCC.
  • Se consigue el equilibrio entre Seguridad y Calidad Alimentaria.
  • Se cuenta con un plan contra fraude alimentario documentado e implantado.
  • Se cuenta con un plan “Food Defense” documentado e implantado.
  • Se cuenta con un control exhaustivo de los alérgenos.
  • Se ofrece al personal formación en materia de higiene almentaria, fraude alimentario, food defense,control de alérgenos, manipulación de alientos y prevención de riesgos laborales.

Y si tantos son los beneficios que se van a conseguir gracias a la implantación de esta certificación, ¿Por qué no implantarla inmediatamente? ¿Qué dificultades tiene implantar un certificado IFS?

La adecuación de las instalaciones de la empresa es el problema más importante que hay que afrontar. Esto es debido a que hay que contar con una disposición concreta para evitar la contaminación cruzada, hay que contar con materiales de construcción adecuados, puede existir falta de higiene o seguridad en las instalaciones, falta de equipo de detección o análisis, almacenamiento incorrecto, etc. Subsanar todo esto se traduce en una inversión económica bastante alta pero imprescindible si se quiere contar con la certificación IFS.

Por otra parte también es necesaria una adecuación de todo el proceso productivo de la industria alimentaria, mediante unos procesos adecuados de limpieza y desinfección, corrección de malos hábitos de trabajo, vestuario, seguridad; corrección de la falta de formación del personal, corrección de la ausencia de protocolo para controlar los accesos de visitas a las instalaciones (aspecto clave de la Food Defense), creación de un protocolo de retirada y destrucción de productos, creación de un sistema de trazabilidad adecuado, etc. Otra inversión económica y de tiempo bastante alta pero necesaria.

Y por último es fundamental tener un responsable de IFS que se encargue de mantener dicha certificación y que esté formado y al día de las novedades de la norma. Este puesto puede ser cubierto por personal de plantilla de la empresa o mediante la subcontratación de una empresa externa especializada en la implantación y mantenimiento de certificados IFS.

Todo este proceso supone una alta inversión económica que será recuperada en poco tiempo, ya que es una forma de abrir las puertas a mercados internacionales.

En pocos años será fundamental contar con una certificación IFS para poder vender productos nacionales en Europa, por eso estamos ante los mejores momentos para empezar a implantarla en las empresas.

Desde RUIZ GALLEGO CONSULTORES ofrecemos ayuda a todas las empresas que quieran dar el paso de certificarse en IFS. Contamos con profesionales expertos en la materia y con años de experiencia a sus espaldas. Hemos ayudado a la implantación de IFS en industrias lácteas, del vino, cárnicas, hortofrutícolas, etc.

No dudes en contactar con nosotros a través de redes sociales, teléfono o email para más información al respecto de esta certificación.