¿Has cometido alguna vez delitos ambientales?

Se puede definir un delito ambiental o ecológico como un “crimen” contra el medio ambiente, un “crimen” contra la naturaleza.

La palabra “crimen” puede sonar exagerada en este caso, pero es lo que hay. Los delitos ambientales están sancionados hasta con penas de cárcel, ya que se cuenta con una legislación ambiental vigente bastante estricta. En torno a 1992 fue cuando la INTERPOL empezó a luchar contra estos “crímenes” contra el medioambiente.

¿Y cuáles son considerados delitos ambientales? Por ejemplo, los siguientes:

  • Emisión de contaminantes que afecten al agua, aire, suelo, ecosistemas o salud humana. Pueden ser emisiones continuadas o puntuales.
  • Puesta en peligro de especies en peligro de extinción para su tráfico o a través de la destrucción de su hábitat.
  • Puesta en peligro de los seres vivos, humanos, o medio ambiente por una mala gestión de los desechos peligrosos, tóxicos, radiactivos y residuos en general.
  • Carecer de una legislación ambiental, lo que provocará graves consecuencias para el medio ambiente o la salud.

¿Y que lleva a cometer estos delitos ambientales?

Estos delitos ambientales constituyen una de las actividades criminales más lucrativas a nivel mundial. En 2016 alcanzó un valor de entre 100.000 y 250.000 millones de dólares, siendo el cuarto crimen más rentable del mundo (después de las drogas, falsificaciones y trata de personas). Se estima que este valor aumentará en torno al 5% anual, y tenemos que poner medios para evitar que esto suceda.

Según la INTERPOL y la ONU, la actividad criminal basada en los delitos ambientales es muy lucrativa y actualmente implica un riesgo muy bajo para los criminales. Los delitos ambientales no han sido considerados una prioridad en algunos países lo que provoca una nula implicación de los gobiernos.

¿Cuáles son las áreas mas frecuentes de estos delitos ambientales?

El tráfico y la gestión ilegal de residuos, representa una perdida de recursos estimada entre 10.000 y 12.000 millones de euros anuales. Los vertederos ilegales y el comercio de residuos han intensificado la contaminación del aire, tierra y agua y amenaza los ecosistemas locales, afectando a los animales, plantas y salud humana.

Muy preocupante es el trafico ilegal de residuos electrónicos, tanto por el valor de los componentes como por la peligrosidad de las sustancias que contienen.

Los países más desarrollados de la Unión Europea, Estados Unidos, Japón y Australia son los mayores exportadores de desechos ilegales. El lugar de destino suele ser África (Costa de Marfil, Nigeria, Togo, etc.) y Asia (China, India, Pakistán, etc.).

También se consideran de esta categoría la producción y consumo ilegal de CFC (clorofluorocarbonos), HCFC (hidroclorofluorocarbonos) y otras sustancias que agotan la capa de ozono.

Otros delitos ambientales frecuentes son los delitos contra la vida silvestre, la tala ilegal, la pesca ilegal, la minería ilegal, etc

¿Y cuales son los principales problemas a la hora de luchar contra los delitos ambientales?

La falta de datos, conocimiento y consciencia, así como la limitada legislación son los principales problemas para luchar contra los delitos ambientales.

Se deberían abordar los delitos ambientales como una amenaza grave para la paz y el desarrollo sostenible y fortalecer el estado de derecho ambiental en todos los niveles.

Es misión de todos luchar contra estos delitos ambientales, denunciándolos inmediatamente después de descubrirlo, evitando provocarlos, ayudando a una mejora del ecosistema y el medio ambiente, etc.

Desde RUIZ GALLEGO CONSULTORES animamos a todos nuestros lectores a que aumenten su concienciación con este problema y ayuden a mantener nuestro planeta.