Costes de la Calidad vs costes de la NO-Calidad

Cuando hablamos de la calidad de una empresa estamos hablando de éxito.

La calidad del producto o servicio que ofrece una empresa reporta un aumento de los beneficios y una buena imagen de cara al cliente. Pero de todos es conocido que la calidad implica un coste. Lo que no se conoce es que la no-calidad también tiene un coste. ¿Es este coste mayor o menor que el de la calidad?


Toda organización a la hora de tomar la decisión de implantar un Sistema de Gestión de la calidad se encuentra con el problema de los costes de la Calidad.

¿Y cuáles son esos costes de calidad?

Los costes de calidad son aquellos recursos INVERTIDOS por la empresa para el cumplimiento de los requisitos de calidad. Aquí encontramos la palabra clave en los costes de calidad. Son una INVERSIÓN.

Se estima que cada euro invertido en un sistema de gestión de la calidad retorna a la empresa hasta cuatro euros de beneficio.

Si hacemos un pequeño resumen se puede decir que los costes de la calidad son los siguientes:

La mayoría de la inversión se distribuye en el asesoramiento externo e interno necesario para implantar y desarrollar el sistema. También se invierte en la formación y homologación del personal y de la empresa en técnicas de calidad, de organización y producción. Además, se incluye el coste de la obtención de certificaciones y homologaciones. Hay que añadir la inversión necesaria en recursos humanos y recursos técnicos y materiales, calibración de equipos de medida, etc.

Existen también dos grandes bloques de costes:

- Costes de prevención: Se producen para evitar los errores. Son los derivados de las acciones que ayudan a la organización a hacer bien el trabajo a la primera.

- Costes de evaluación: Son los resultantes de la evaluación del producto ya acabado. Supone lo gastado para decir si un producto esta en conformidad con la calidad especificada.

¿Y cuales son los costes de la no-calidad?

En este caso no podemos hablar de inversión, ya que no hay un retorno de capital para la empresa.

Hay dos grandes bloques de costes de no-calidad:

- Costes de fallos internos: Los que se producen antes de que se efectúe la venta, antes de que el producto llegue al cliente. Se pueden incluir los costes originados por los desechos, los productos defectuosos, los reprocesos, los fallos del producto en una fase concreta de la producción, etc. En consecuencia, una cantidad exagerada de gastos en cadena.

- Costes de fallos externos: Los que se generan una vez el producto ya esta entregado al cliente. Son mucho mayores que los internos, ya que cuanto más se tarde en detectar un fallo, mayor será el coste. Ejemplo de ello son los costes de devolución, las reclamaciones e indemnizaciones, etc.

Estos costes de fallos internos y externos se hubieran reducido considerablemente e incluso eliminado de contarse con un sistema de gestión de calidad en la empresa.

Por tanto, ¿Cuáles son las ventajas y beneficios de tener un sistema de gestión de calidad?

Existen grandes ventajas de estos costes de la calidad, y es por ejemplo que pueden ser estimados con un grado de exactitud muy alto. Se pueden prever las horas de control necesarias, las modificaciones en el sistema productivo, la formación del personal, etc.

La gran ventaja es que estos costes de Calidad son mucho MENORES que los costes de la No-calidad.

Los costes de la no-calidad serían aquellos que se generan por no lograr las especificaciones marcadas. A consecuencia de los fallos, suelen ser mucho mayores que los de la aplicación de un sistema de gestión de la calidad. Otro gran inconveniente es que los costes de no-calidad poseen un aspecto cuantificable y un gran grueso de costes de difícil cuantificación. Se trata de un pozo sin fondo por el que se pierden grandes beneficios de la empresa.

Si ya de por si los costes cuantificables de la no-calidad son enormes, los no cuantificables o de difícil valoración lo son más aún.

¿Cuánto supone en pérdidas de clientes y ventas futuras tener una mala imagen o una imagen pública negativa? ¿Cuánto cuesta la pérdida de competitividad en el sector y en el mercado, cuando se entra en esta espiral negativa? ¿Qué consecuencias puede tener la insatisfacción de los trabajadores de la empresa’ ¿Cómo se puede calcular la perdida de potencial que genera la insatisfacción de los clientes? ¿Cuántos clientes se pierden por la reincidencia de un servicio de mala calidad? O lo que es más importante, ¿quedaría algún cliente aún en esa empresa?

La respuesta a todas estas preguntas es clara. Es INCALCULABLE el coste de todas estas situaciones provocadas por la no-calidad.

Después de estas aclaraciones, ¿aún sigues pensando que los costes de la calidad no son una inversión?

Desde Ruiz Gallego Consultores, les asesoramos para implantar su sistema de gestión de calidad. Si tiene alguna duda o consulta al respecto no duden en ponerse en contacto con nosotros a través de esta página web o de redes sociales.